jueves, 17 de noviembre de 2011

Lección didáctica.




Andrés meditó unos segundos antes de responder. Se
acercó a la mesa y sin abandonar la vertical, dijo:
“Está bien. Imaginemos que tengo una moneda, por
ejemplo ésta. Lanzamos la moneda y anotamos el
resultado, bien cara o bien cruz. Repetimos esta acción
todas las veces que deseemos y entonces observaremos
como a mayor número de tiradas, los resultados tienden
a igualarse. Y esto es muy importante, porque nos permite
afirmar que un suceso, aparentemente aleatorio, muestra
a la larga cierto comportamiento predecible. De ahí que
le haya invitado a abandonar el aula sin ningún
remordimiento, porque usted se comporta igual: Es una
moneda. Pero con idéntica imagen en ambas caras”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario