lunes, 28 de noviembre de 2011

El dedo




Con un dedo encendemos y apagamos las luces, subimos
y bajamos en ascensor, anunciamos visita en las casas
ajenas, sacamos dinero de los cajeros automáticos,
accionamos las ventanillas del coche, estampamos nuestra
huella de identidad, ponemos a punto los orificios nasales,
pedimos la palabra, podemos decir no, resolvemos
operaciones en una calculadora, acusamos a los demás,
pulsamos el botón de la cisterna y detenemos el tráfico
si queremos cruzar la calle. Con un dedo manipulamos
el mando a distancia, sacamos todo su partido a un móvil,
elegimos producto en las máquinas expendedoras,
podemos decir que te den, rogamos silencio, decidimos
la cantidad de combustible que le ponemos al coche,
apresamos una lágrima, evitamos un beso, contamos
hasta uno, aplastamos una hormiga y nos guiamos por
las líneas cuando aprendemos a leer hasta que el dedo
se topa con el punto y final.

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