... en un descuido
me dejé la puerta abierta
y en un descuido
entraste en casa.
Como estabas dentro
te invité a sentarte
y lo hiciste sobre el desorden
y por un momento pareció
que todo estaba en su sitio.
Han pasado unos días de tu marcha
y el desorden parece caos...
pero es el mismo desorden.
Han pasado unos días de tu marcha
y no he dejado de buscarte
en los poemas de Amalia.
Encontré al cíclope
del Parque del Oeste
e intercambiamos
tristezas.
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