lunes, 22 de agosto de 2011

La rana Marisa






La rana Marisa quería ser astronauta y se levantaba muy
temprano para entrenar. Estaba convencida de que antes
o después se posaría en la luna de un salto. Así que ella
saltaba y saltaba. De la mañana a la noche.
Marisa contaba muy orgullosa que en una ocasión tocó
con sus ancas el azul del cielo. Ahora la meta era hacer
blanco en la luna. Alfredo el sapo prefería que no se
marchara, aunque no se lo decía. Cada uno tiene que
intentar alcanzar sus sueños.
Una tarde fue a visitarla, como todas las tardes, pero ya
no estaba. Levantó la cabeza hacia su sueño y en el
firmamento todo era luna… y un poco de rana.




2 comentarios:

  1. Un bonito cuento de verano.
    Así que el sapo se quedó con el usufructo definitivo de toda la charca, familia ,amigos y entorno ,consolado en su desventura y la rana desembarco en un lugar hostil , aunque muy interesante con una manita delante y otra detrás y mas sola que la una , pero con la sensación de había roto los limites JAJAJAJAJAJ

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  2. vaya! pues si que parece sencillo esto del "hiperbreve". Al menos, hasta que lo intenta hacer uno mismo... un saludo.
    pd: me ha gustado.

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