jueves, 30 de septiembre de 2010

Con la Iglesia hemos topado


Resulta que la Santa, Madre, Grande, Una y Trina iglesia, está que ídem porque al Gobierno le ha dado por proponer ampliar el cerco de libertades de los ciudadanos.
Hay que recordar, por enésima vez, que España no está adscrita a ninguna confesión religiosa, al menos eso dice la Constitución, de la misma manera que, por fortuna, las proposiciones de Ley no las tiene que aprobar la Conferencia Episcopal, que ya tendría cojones, si no las Cortes.
Martínez Camino, portavoz y secretario del Episcopado, tilda de homicidio inmoral y antisocial, nada menos,  el que uno tenga derecho a morir con dignidad. Alguien debería decirle al señor Camino que, según la RAE, la eutanasia es el acortamiento voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable, para poner fin a sus sufrimientos, mientras que homicidio, según la misma fuente, es la muerte causada a una persona por otra. Por lo común, la ejecutada ilegítimamente y con violencia. Cómplices de homicidio son, en todo caso, aquellos que bendicen las armas con las que los ejércitos matan a otros nosotros.
A esta iglesia, que tan bien se entendía con Franco y Ánsar, le ha salido un socialista a lo Mendizábal en el culo, de esos que no le dejan a uno sentarse sin arrugar el gesto.  “Nadie puede servir a dos señores, pues o bien, aborreciendo a uno, amará al otro, o bien, adhiriéndose al uno, menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”, podemos leer en Mateo 6,24. Que se preocupen de las cosas de Dios y dejen hacer al César las cosas que competen al César.
A esta iglesia de despacho, acostumbrada a comer en la mesa del rico y llevar las migas a la del pobre, hay que decirle que tome ejemplo de sus bases. De los que están junto a los que pasan hambre, de los que acarician la mano de los leprosos, de los amigos que han entregado su vida al servicio de los que menos o nada tienen, de los que se juegan el pellejo, llegando incluso a perderlo, en lugares que a mí me cuesta localizar en un mapa.
Dejen ya de tocar los cojones y comienzen a indignarse de aquello que en lugar de denunciar, esconden en las traseras de la casa del Señor. Homicidas, en todo caso, son la colección de pededastas con que cuentan sus filas. Porque han matado la inocencia de innumerables niños de manera ilegítima y con violencia. Pongan los pies en la tierra en lugar del grito en el cielo y no se olviden de que, cuando llegue el Juicio Final, a muchos de ustedes les veré en el infierno.


3 comentarios:

  1. Perfecto articulo, en el que estoy de auerdo al cien por cien.Yo educado en esta secta, por tradición familiar, tengo que decir que rompí con esta caterva de mentirosos y delincuentes hace ya algunos años.Hace algún tiempo, escrbí este poema, relacionado con el tema. Santiago, un abrazo...

    EL FUEGO DE LOS JUSTOS

    No creo en los hombres que quieren ser DIOS,
    ni en los que hablan en nombre de EL.
    Vestidos de blanco en sus palacios de oro
    Predicando sin el ejemplo.

    Pidiendo perdón por sus delitos
    de niños abusados por hombres con sotana.
    El perdón no cura sus mentes
    ni repara sus daños.

    No creo en los hombres que hablan con Dios
    e invaden países matando civiles
    y lo enmascaran en una supuesta lucha
    contra un terrorismo creado por ellos mismos.

    Vosotros sois el terror,
    la vergüenza, la insidia y el odio.
    Vosotros representáis a los hombres
    de mala voluntad.

    Vosotros merecéis arder
    en el fuego de mil infiernos,
    donde arden los hombres
    sin alma.

    Bush, Ratzinger,
    si existe Dios,
    cosa que dudo
    pagareis vuestro engaño.

    Por que la conciencia de los hombres puros
    los hacedores de bien
    ya os ha condenado a arder eternamente
    en el fuego de los justos.

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  2. Muy bueno, Nico. Ya lo tenemos en prosa y en verso, jajaaja.
    Un abrazo, amigo.

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  3. Gente humilde, que gasta 50 millones de euros en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebrarán en Madrid en el 2011. En nombre de Dios todo vale.

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