martes, 19 de junio de 2012

La rana Marisa


La rana Marisa quería ser astronauta y se levantaba muy
temprano para entrenar. Estaba convencida de que antes
o después se posaría en la luna de un salto. Así que ella
saltaba y saltaba. De la mañana a la noche.
Marisa contaba muy orgullosa que en una ocasión tocó
con sus ancas el azul del cielo. Ahora la meta era hacer
blanco en la luna. Alfredo el sapo prefería que no se
marchara, aunque no se lo decía. Cada uno tiene que
intentar alcanzar sus sueños.
Una tarde fue a visitarla, como todas las tardes, pero ya
no estaba. Levantó la cabeza hacia su sueño y en el
firmamento todo era luna… y un poco de rana.

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