Yo quería dibujar en tu recuerdo
la más bella puesta de sol
que pudieran contemplar tus ojos,
observar a tu lado el sendero,
como libro escrito en una línea,
que recorren las hormigas.
Quería decir cielo
y que de este cielo te llenaras,
decir océano y que de ti se llenara,
decir aire y en aire te convirtieras.
Escribir hambre y se
te encogiera el pecho...
Sin embargo yo
tan sólo te hablo de amor,
porque sin él,
no podrías verlo.
Yo quería dejar el tatuaje de mi paso
sobre tu corazón de nieve.
Esperarte como el que nada espera
en la garita de mi tristeza,
saberte abajo y no pedirte nunca
el santo y seña.
Tan sólo quería que,
aún lejos en el tiempo,
no olvidaras mi nombre;
ahora me entretengo
recorriendo el sendero de lágrimas
que al marchar dejaste.
Tan sólo levanto la mirada,
tan sólo abandono el rastro,
si me engaño creyendo
que de pronto llegas
y me abrazas por la espalda.
Nunca llegas.
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