Tenía un piso,
su chalet con piscina,
su nómina generosa,
sus dos coches,
sus dos hijos,
sus dos mujeres
(esposa y amante),
sus inversiones,
sus otros negocios…
pero siempre parecía
faltarle algo,
y estaba en lo cierto,
le faltaba mesura.
Pues sí, la mesura... ¿dónde empieza y, si es así, dónde termina?
ResponderEliminarAbrazos otoñales con brazos en alto.