viernes, 15 de julio de 2011

No puedo creer...


... que hayas marchado.
Las sábanas huelen a ti,
el eco de tu risa sigue
rebotando en las paredes
con una claridad
que me obliga a cerciorarme
de que no estás.

Los vasos de vino y besos
siguen tal y como los dejamos
el último amanecer.
Tu cepillo de dientes
intima con el mío y...
Ah!, lo más importante
lo encontré en una cajita
ovalada, de metal,
en ella guardé tu imagen.

Ahora la caja está vacía.
De nada sirve una fotografía
oculta a la mirada.
Apoyada sobre el bote de lápices,
al alcance de mis manos,
me sigue con tus ojos
y vela tu ausencia.

2 comentarios:

  1. Me encanta como das alma a los objetos..Precioso y conmovedor, agridulce.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, Ñ. Me encanta que te guste.

    ResponderEliminar