sábado, 14 de noviembre de 2009

Repose en paz

El abuelo ya no está entre nosotros. Todo empezó anoche. Mis padres habían invitado a cenar en casa a unos amigos…

- ¿Te quieres sacar el dedo de la nariz, Luis o te lo saco yo? ¿No ves que tenemos invitados, hijo?

- El abuelo dice que es normal que lo haga.

- Ah, ¿Sí? ¿Y qué más te dice el abuelo?

- Que tú, cuando tenías mi edad, también lo hacías y que después o te los comías o los pegabas en las cortinas, pero que tú de eso ya no quieres acordarte, porque lo has hecho hasta hace bien poco y sólo cuando te casaste con la marimacho esa que te ha lavado la cabeza y ta ha convertido en un pelele sin voluntad, te has vuelto tan insoportable, así que no entiende que ahora intentes andar dando lecciones de qué se debe y qué no se debe hacer, que ya te podía dar un poquito de vergüenza abrir tanto la boca para no decir más que sandeces…

Así que el abuelo está ahora en una residencia de ancianos. He ido a verle y me ha dicho que no me preocupe por nada, que cuando uno dice la verdad puede ir con la cabeza bien alta, no como el cabrón de tu padre que encima la paga conmigo.

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