Uno a uno han ido
cayendo los pilares
que se erigieron
en soportes de mis días
y celadores de mis noches.
Ante esas bellas ruinas
se
estiliza
ahora
mi
cuerpo,
mis PIES
se agrandan,
mis
arrugas
se alinean
paralelas
y mi capitel
soporta la cercha
bajo la que Rodrigo
podrá resguardarse
cuando sienta frío.
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