Resulta
que la Santa, Madre, Grande, Una y Trina iglesia, está que ídem porque
al Gobierno le ha dado por proponer ampliar el cerco de libertades de los
ciudadanos.
Hay que recordar, por enésima vez, que España no está
adscrita a ninguna confesión religiosa, al menos eso dice la Constitución, de
la misma manera que, por fortuna, las proposiciones de Ley no las tiene que
aprobar la Conferencia Episcopal, que ya tendría cojones, si no las Cortes.
Martínez Camino, portavoz y secretario del Episcopado, tilda
de homicidio inmoral y antisocial, nada menos, el que uno tenga derecho a morir con dignidad. Alguien
debería decirle al señor Camino que, según la RAE, la eutanasia es el acortamiento
voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable, para poner fin a
sus sufrimientos, mientras que homicidio, según la misma fuente, es la muerte
causada a una persona por otra. Por lo común, la ejecutada ilegítimamente y con
violencia. Cómplices de homicidio son, en todo caso, aquellos que bendicen
las armas con las que los ejércitos matan a otros nosotros.
A esta
iglesia, que tan bien se entendía con Franco y Ánsar, le ha salido un
socialista a lo Mendizábal en el culo, de esos que no le dejan a uno sentarse
sin arrugar el gesto. “Nadie puede
servir a dos señores, pues o bien, aborreciendo a uno, amará al otro, o bien,
adhiriéndose al uno, menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas”, podemos leer en Mateo 6,24. Que se preocupen de las cosas de Dios y
dejen hacer al César las cosas que competen al César.
A esta iglesia de despacho, acostumbrada a comer en la mesa
del rico y llevar las migas a la del pobre, hay que decirle que tome ejemplo de
sus bases. De los que están junto a los que pasan hambre, de los que acarician
la mano de los leprosos, de los amigos que han entregado su vida al servicio de
los que menos o nada tienen, de los que se juegan el pellejo, llegando incluso
a perderlo, en lugares que a mí me cuesta localizar en un mapa.
Dejen ya de tocar los cojones y comienzen a indignarse de
aquello que en lugar de denunciar, esconden en las traseras de la casa del
Señor. Homicidas, en todo caso, son la colección de pededastas con que cuentan
sus filas. Porque han matado la inocencia de innumerables niños de manera
ilegítima y con violencia. Pongan los pies en la tierra en lugar del grito en
el cielo y no se olviden de que, cuando llegue el Juicio Final, a muchos de
ustedes les veré en el infierno.
Perfecto articulo, en el que estoy de auerdo al cien por cien.Yo educado en esta secta, por tradición familiar, tengo que decir que rompí con esta caterva de mentirosos y delincuentes hace ya algunos años.Hace algún tiempo, escrbí este poema, relacionado con el tema. Santiago, un abrazo...
ResponderEliminarEL FUEGO DE LOS JUSTOS
No creo en los hombres que quieren ser DIOS,
ni en los que hablan en nombre de EL.
Vestidos de blanco en sus palacios de oro
Predicando sin el ejemplo.
Pidiendo perdón por sus delitos
de niños abusados por hombres con sotana.
El perdón no cura sus mentes
ni repara sus daños.
No creo en los hombres que hablan con Dios
e invaden países matando civiles
y lo enmascaran en una supuesta lucha
contra un terrorismo creado por ellos mismos.
Vosotros sois el terror,
la vergüenza, la insidia y el odio.
Vosotros representáis a los hombres
de mala voluntad.
Vosotros merecéis arder
en el fuego de mil infiernos,
donde arden los hombres
sin alma.
Bush, Ratzinger,
si existe Dios,
cosa que dudo
pagareis vuestro engaño.
Por que la conciencia de los hombres puros
los hacedores de bien
ya os ha condenado a arder eternamente
en el fuego de los justos.
Muy bueno, Nico. Ya lo tenemos en prosa y en verso, jajaaja.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Gente humilde, que gasta 50 millones de euros en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebrarán en Madrid en el 2011. En nombre de Dios todo vale.
ResponderEliminar