Esteban sembró la palabra árbol. La
regó con la palabra
agua. Al poco la palabra tallo
comenzó a abrirse camino
a través de las palabras gravilla, hasta
que engordó una
letra y se transformó en la palabra tronco.
Las palabras
ramas se poblaron de
palabras hojas. Y como la palabra
amor estuvo siempre atenta
a su crecimiento, el árbol se
cargó de palabras frutos y Esteban las
colocó con cuidado
en esta página para que tú supieras de su
árbol.
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