El hastío echa raíces
en la fábrica de empleo,
el trabajo consiste
en pasear papeles y sellos
con fechas eternas
que no terminan de llegar.
Se suceden los años
del paro forzoso
ante falsas cifras,
índices y medias
que alejan los extremos.
El hastío y la fe no copulan
porque nunca se entendieron
con las fórmulas
del formalismo informal.
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