lunes, 21 de junio de 2010

Hoy entraste en casa...

... en un descuido
me dejé la puerta abierta
y en un descuido
entraste en casa.

Como estabas dentro
te invité a sentarte
y lo hiciste sobre el desorden
y por un momento pareció
que todo estaba en su sitio.

Han pasado unos días de tu marcha
y el desorden parece caos...
pero es el mismo desorden.
Han pasado unos días de tu marcha
y no he dejado de buscarte
en los poemas de Amalia.

Encontré al cíclope
del Parque del Oeste
e intercambiamos
tristezas.

martes, 15 de junio de 2010

Matarratos


En este enlace podéis descargar mi primera publicación. 49 relatos hiperbreves. Espero que os gusten.
http://issuu.com/rumorvisual/docs/matarratos

El hombre que se llevó la lluvia

Llueve y el gris amenaza con quedarse. En el equipo de música “por el callejón del tinte…”. Ella está sentada frente a unos folios, los ojea sin convicción, con rutina. El sonido de una moto o un coche distante se cuela en la habitación. Las gotas persisten. En el equipo de música el piano protagoniza su parte, “…por tu amor me duele el aire…”, mientras el colio agita sus hojas con delicadeza al tacto del invierno.
Al otro lado de la calle la fachada sostiene una parabólica de vía digital que rompe con la arquitectura, cuarentera y funcional, que caracteriza al barrio. Antes no había parabólica. Vivía otra familia y el padre un día se suicidó. Pero esa es otra historia. “…valdrá por tu boca existir, amor…”.
Los dedos se arrastran por el mástil del bajo a diez por ocho, mientras en el portal cuatro Damián toma notas bajo su blanco paraguas. Sólo se deja ver los días en que este objeto se generaliza como complemento. Hay quien dice haber visto las anotaciones de Damián, siempre cosas relacionadas con el mundo del paraguas: desde una inagotable lista de colores y tamaños, hasta un exhaustivo inventario, en dibujos, de las empuñaduras, verdaderas obras de arte siempre cubiertas por el embalaje de las manos.
Unos pájaros pían incansables. Se alojan en el conducto de ventilación de la cocina. El baldosín perforado amplifica el sonido unos segundos, hasta que la lavadora lo silencia. En verano abandonan el hueco y hasta el otoño no vuelve a ser habitado. Algo así ocurrió en el piso de la parabólica.
Ella continúa inmersa en sus folios.
“huele a perfume barato…” y a tierra mojada. Quien dice conocerlo, a Damián quiero decir, cuenta que su paraguas es blanco porque la lluvia se ha ido apoderando de su color original. Mi madre dice que eso son habladurías, que la gente se inventa cosas para entretener sus vidas y que, además, jamás ha visto a nadie junto a Damián, si es que ese es su nombre.
La lluvia ahora es más intensa. Los sueños de Stolzman crean una nueva atmósfera. Las gotas percuten en la ventana y ambas voces se funden.
Damián sigue abajo, no puedo decir si se ha movido. El instrumento con el que anota continúa esbozando trazos. Me dan ganas de coger los prismáticos, como en esa película tan famosa… pero yo no tengo prismáticos.
Podría bajar e intentar charlar con él. ¿Qué le preguntaría? Lo primero su nombre, claro. O decirle directamente ¿Se llama usted Damián? Así romperíamos el hielo y quizás fuera el comienzo de una gran amistad.
Me asomo de nuevo, esta vez de forma indiscreta. Su mano se ha detenido. Ahora mueve la cabeza hacia arriba. Me está mirando. Quiero esconderme, pero ya es inútil. Levanta su mano con decisión y me envía un saludo. Yo le respondo de la misma manera. Es patético, me digo, mientras me imagino a mí mismo viéndome desde abajo. Él vuelve a su tarea y yo a la mía, que es huir del tedio de los días de lluvia.
Por el horizonte el cielo amenaza despejado. Un rayo de luz choca contra la fachada de enfrente y acaba con el mate de los días sin sol. Ella retira por primera vez sus ojos del grueso de papeles y me sonríe con ternura. Me asomo pero Damián ya no está. Ya me lo advirtieron: Damián sólo sale los días de lluvia.

lunes, 14 de junio de 2010

La llave

Rodrigo ha descubierto
la palabra mágica.
La palabra llave.
La palabra que nos distingue
como especie. La que nos guía.
La que nos inquieta y enseña.

La que dio pie a las revoluciones.
La que originó el castigo divino.
La que unida al ocio
despierta el ingenio.
La que nos convierte en exploradores.
La que topa con la fe.

La que evidencia la ignorancia.
La que refrenda al sabio.
La que pone en mil aprietos.

A Rodrigo se le ha enredado
un por qué en la lengua.

miércoles, 9 de junio de 2010

"Cáceres-Manhattan, trayecto poético"


Estimados amigos, en este enlace os podéis descargar gratuitamente un PDF con una recopilación de toda mi obra poética.
Espero que os guste.

enlace

martes, 8 de junio de 2010

Mientras colocabas tus muebles

... yo arrastraba mi equipaje.
Confiamos en que cuatro pies
dieran un paso
y en mi mano dejaste una llave
que tan sólo abría media puerta
y la mía comenzó a poner pegas.


Bastó un segundo
para que nuestras bocas,
repletas, enmudecieran.
Bastó un abrazo
para que nuestras lenguas
no se enredaran
con la torpeza de las palabras.

Obsceno, injusto y amoral

Decía el afamado filósofo alemán Arthur Schopenhauer, que
“la riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da”.
Y no sé a ustedes, pero a un servidor le da la sensación de que a la nave de la abundancia se le ha hecho un roto, un siete o un desgarrón de aupa. La cosa está para cogerla con pinzas y sin embargo los sectores reman a la contra, ignorando los necios que si la canoa se hunde, ellos, por un principio físico básico, también se hunden.
Que el modelo económico no funciona es una obviedad. Los ricos juegan a la bolsa, y cuando pierden pagamos todos. Habría que decir que no sólo no vale porque ha demostrado su debilidad, sino porque peca de obsceno, de injusto y de amoral.
Es obsceno, porque es un sistema que se aprovecha de la debilidad económica de algunos países para ubicar allí sus empresas y optimizar, aún más, sus beneficios; y porque condiciona los posibles avances en protección medioambiental, a la cuenta de resultados.
Es injusto, porque según el último informe sobre desarrollo humano de la ONU, 2500 millones de personas en el mundo viven con menos de dos dólares al día, es decir, cuatro de cada diez. Pero hay datos más horribles, como los dos millones de niños que mueren al año en el mundo por culpa de enfermedades curables. Pero las empresas farmacológicas venden las patentes de sus medicamentos a empresas privadas de Occidente.
Y es amoral, porque el modelo económico, que está a punto de desmoronarse, se asentó sobre la codicia y la especulación. Como apuntó Daniel Cohn-Bendit, eurodiputado de los Verdes recientemente en la Cámara “ahora queremos ganar dinero a costa de los griegos. A nosotros nos lo prestan a un 1,5% o a un 3% y nosotros se lo prestamos a Grecia al 3%, al 5% o al 6%.” ¿Quieren más? Pues sostiene Cohn que en los últimos meses, Francia ha vendido a Grecia seis fragatas por 2500 millones de euros y helicópteros por valor de 400 (millones, claro); mientras Alemania, por otro lado le endosaba seis submarinos por otros 1000.
Mucho me temo que vamos a necesitar algo más que un cambio de modelo económico para poder dejar atrás toda esta mierda.